MI MONTAÑA Y MI VALLE: FLORES EN MONTAÑA FRESCA

Esta flor roja es una BROMELIA, no mostró todo su esplendor pero si belleza y color.

Junto a el hermoso amarillo que muestran las hojas de este croto pusimos a posar un lirio que se ve ultimamente por los viveros, muestra su flor y luego desaparece.

TEMAS PARA REFLEXIONAR

LIBERTAD ENERGÉTICA

Muchas veces, a lo largo de nuestra historia humana, se ha discutido si los pensamientos o intenciones negativas de los otros nos afectan o no y cual sería la mejor "solución" para el "problema".

En la Edad Media, no había dudas. Se percibía al mundo -de por sí- como un lugar de dolor, una transición al paraíso prometido. El ser humano tenía muy poco poder o ninguno, ante un Dios severísimo, un rey indiferente, un señor feudal arbitrario y un universo de magia oscura y tenebrosa.

La posibilidad de caer víctima de un hechizo o un maleficio se sentía como algo muy real. Enfermarse era resultado del trabajo de una bruja o el ataque de espíritus malignos. Se le tenía miedo a la mirada de ciertos animales, también a los sueños o a la envidia, e incluso se prevenía a los niños que reír demasiado podía atraer al demonio.

Paralelamente, se creía que ciertos objetos tenían el poder que los seres humanos no poseían: una ristra de ajos, una cinta roja, una llave con cierta forma, contrarrestaban los efectos del "mal".

Sin embargo y lamentablemente, no hubo objetos mágicos que los protegieran del hambre, las guerras y las pestes.

El ser humano fue cambiando su visión del mundo y comprendió -siglos después- que mucho de lo que lo perturbaba en los tiempos oscuros se podía explicar como el desarrollo de procesos naturales. La revolución industrial y el paradigma científico del mundo trajeron cierta sensación de control.

Sin embargo, durante muchos años, se siguieron vendiendo elixires contra la envidia, pulseritas contra el mal de ojo y amuletos de protección contra la mala suerte.

Es que el pensamiento mágico tiene la habilidad de infiltrarse en las mentes más lúcidas, porque brinda la engañosa sensación de solución fácil y rápida, y elude la responsabilidad individual. El concepto detrás del pensamiento mágico es: algo externo es el culpable de lo que me pasa, algo externo lo resolverá.

En nuestra actualidad post Ley de Atracción, hemos descubierto que son nuestras intenciones las que crean nuestras circunstancias, o dicho de otro modo: es nuestro estado interno el que define el tipo de experiencias que viviremos.

Lo sabemos a través de nuestras propias vivencias, pero también por la abrumadora evidencia científica que acompaña al modelo.

Algo que me gusta comentar en mis talleres es el poder de la concentración sobre el propósito personal. Existen estudios de laboratorio que indican que cuando una persona está alineada con sus dones, sus talentos, aquello que "vino a hacer al mundo", desarrolla un ordenamiento completo de sus parámetros fisiológicos, su sistema inmunológico se fortalece, sus ritmos se equilibran.

Para decirlo en términos mucho más simples: una persona alineada con su misión, está energéticamente protegida.

No digo que no existan las malas intenciones de los otros (en fin, no se le puede caer bien a todo el mundo...). Digo que somos inmunes a sus efectos si decidimos serlo o somos víctimas si decidimos serlo.

Somos creadores de nuestras circunstancias. En nuestro mundo interno se genera todo, desde el problema a la solución. Lo que llamamos "mundo exterior" es un reflejo de nuestro estado emocional, nuestras intenciones, nuestras creencias y también de nuestros miedos.

Y de ese estado interno somos soberanos conductores.

Hagámoslo con sabiduría

Hasta la próxima.

Flavia Carrion

www.astroser.com.ar

Este es el lugar para informarnos e informar en nuestra comunidad.

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